¿Cómo conseguían nuestros antepasados poner color en sus creaciones? ¿Qué sustancias cogían prestadas de la naturaleza? ¿Cómo las manipulaban? ¿Cómo han llegado hasta nuestros días? El uso de los tintes está documentado desde hace miles de años y está en la base cultural de numerosas civilizaciones. De la prehistoria conservamos expresiones artísticas en cuevas y de la India y China, conocidas como las primeras civilizaciones que tiñeron textiles, nos ha llegado su indumentaria.
Fue en la Europa de la Edad Media donde se crearon los gremios de tintoreros, sin duda, un oficio que tenía un papel crucial en la economía local y que guardaban el proceso de teñido con gran secretismo. Aun así, sus conocimientos para usar diferentes fibras, minerales e insectos se transmitieron de generación en generación. Su fuerza gremial era tal que en muchas ciudades todavía hoy encontramos calles con su nombre.
En el siglo XIX, con el descubrimiento de los tintes sintéticos (William Henry Perkin, 1856) se amplió significativamente la gama de colores y se popularizó el proceso, ya que se redujeron los costes y se aumentó la producción de tintes.
Procedencia vegetal, animal y mineral
La naturaleza es una fuente inagotable de inspiración y una potente suministradora de recursos, de ella podemos obtener todo lo necesario para producir tintes. Su procedencia puede tener un origen vegetal, animal y mineral y su uso en fibras de origen vegetal (algodón, lino, bambú…) o animal (pieles, lana, seda…) ha llegado hasta nosotros para que podamos seguir su legado.
Las flores, las hojas, las raíces… y las plantas en general, aportan todo su colorido. Y, también, los animales. Podríamos concretar, por ejemplo, que el rojo se consigue a partir de los polvos de la cochinilla, pero también de las frambuesas. El dorado, de las hojas de la cebolla. De las pieles del níspero podemos obtener el color anaranjado. De la col morada, los tonos morados; y del té negro los tonos oscuros.
En busca del color perfecto
Las cintas son el soporte sobre el que teñiremos y para que el resultado sea óptimo es importante utilizar cintas de algodón y cinta de espiga en crudo (en el catálogo de Spiral el color 56) ya que tienen menos productos químicos, lo que facilita el proceso de teñir.
Spiral de Safisa y TiendaMerceria.es han colaborado en un trabajo conjunto para experimentar en el proceso de teñir los artículos 270 y 260 de cinta de espiga y cinta de algodón de Spiral by Safisa. En la foto, se puede observar el resultado después de hacer los tintes con cochinilla (rojo), caléndula (amarillo) y cebolla (marrones y dorados). Los colores son suaves, delicados y tenues; en contraste con los colores resultantes en un proceso de teñido químico, en donde los colores son fuertes, sólidos, intensos y duraderos como se puede comprobar en el catálogo de cintas de Spiral de Safisa. Contenta del resultado, la empresa ya piensa qué color va a utilizar para nuevos proyectos.